09 May 2012

Carta de una danesa a sus conciudadanos


El 19 de Marzo hubo huelga general en España, organizada por los sindicatos españoles más grandes y unas cuantas otras organizaciones más pequeñas. El motivo era una reforma laboral que hará aún más fácil para los empresarios despedir a la gente sin compensación, y hará el mercado laboral aún más inseguro para la juventud española, que ya está viviendo con un desempleo de entre el 40 y 50%.
Lo que sigue a continuación es una reflexión sobre qué ha hecho salir cientos de miles de personas a las calles de Barcelona, sobre porqué esto ni se podría imaginar en Dinamarca, sobre el papel de los sindicatos en la sociedad y sobre qué significado tienen ahora y cual deberían tener en el futuro.



Cuando a mis 18 años me emplearon en un supermercado local, todavía era un requisito ser afiliad@ a un sindicato dentro la Confederación Danesa de Sindicatos. Así que naturalmente me afilié. No porque tenía relación alguna con el concepto, aunque sí sentía simpatía con la idea de los sindicatos en general.
En las clases de historia y sciencias sociales en el liceo, la tradición danesa por los sindicatos fue mencionada y trabajada, pero nunca lo vi como algo que tuviera un significado personal para mí. Cierto, había algo de un salario mínimo, que no estaba nada mal y en buena medida era un suplemento a la paga, y después al SU (Statens Uddannelsesstøtte, lo cual es como una beca mensual que da el estado a todos los estudiantes con más de 18 años, típicamente sale a unos 600€ al mes después de impuestos). También tenía un idea vaga sobre algo de las horas máximas de la jornada laboral, pero no tenía ningún significado práctico para mí, así que no le daba importancia. Con intervalos de algunos años los miembros de otros sindicatos hacían huelga, y me parecía bien, y voluntariamente los seguía en las calles, pero no pensaba más en ello una vez pasadas las huelgas.
Dicho de un modo más poético, consideraba las luchas sindicales ”reales” como cosas del pasado y como algo que principalmente tenía su lugar en los libros de historia. El papel de los sindicatos parecía acabado y las metas conseguidas.

Y qué tienen qué ver, entonces, mis clases de historia con vosotr@s, mis lectores?
El tema es que no creo que mi modo de pensar sea atípico entre los de mi generación. Sindicatos y los derechos de los trabajadores no son algo que discuto regularmente con mis amigos daneses contemporáneos, y mi educación ha sido completamente normal, parecida a la media.
Dejadme volver a eso en un momento. Primero os cuento una aventura en el extranjero que estoy viviendo ahora mismo.

El año pasado acabé la primera parte de mi carrera universitaria y me fui a España en un año ”sabático”. Los planes no eran particularmente concretos, pero imaginaba que me encontraría algo de trabajo para pagar el alquiler y tal cosas, y por el resto disfrutar de la vida. Sabía que había la crisis en España, pero no imaginaba que eso me daría grandes problemas en la práctica, ya que calculaba que mis calificaciones seguramente sobrepasarían un obstáculo tan insignificante como un desempleo juvenil de 40%.
Me costó una gran cantidad de entrevistas de trabajos (perdí la cuenta), algo como 200 currículums dejados a derecha, izquierda, al Internet, además de varios tiempos de prueba antes de lograr un empleo con un horario completo y con un tratamiento decente del personal – no me quejo, pero no se puede comparar con cómo me tratarían en un puesto similar en Dinamarca.

Durante todo esto proceso aprendí mucho sobre el mercado laboral español, o mas bien, sobre las consecuencias de esto para aquellos que intentan sobrevivir en él.
Nunca me han mencionado ningún salario mínimo, pero lo más bajo que me han ofrecido son 6-coma-algo € la hora, 5,87€ después de impuestos – y eso para adultos que tienen que pagar la casa, tienen hijos, este tipo de cosas. La ultima vez que controlé, el salario por hora para jóvenes bajo 18 años en Dinamarca era unos 60-70 kr., 8-9€.
Los contratos normalmente tienen una duración determinada, por ejemplo 14 días, 1 mes, 3 meses, 1 año, y con un período de prueba incluido. Contratos obviamente varían, pero durante el periodo de prueba el empresario te puede echar de un día para el otro, por vía verbal y sin dar ninguna razón. En función del contrato, puede ser que tú en cambio tengas X días de plazo de preaviso, y eso por escrito, fijaros. Después del final del periodo de prueba te tienen que dar una explicación para echarte, y aparentemente también una compensación por parte del empresario (que no es tanto, pero almenos existe) – pero echarte siempre pueden. Con los contratos de duración determinada normalmente se evitan este problema, ya que tu empleo se acaba por si mismo.
Un comentario: esto cambiará a partir de ahora con la reforma laboral, que fue aprobada a pesar de las protestas. Sin entrar en detalles, será aún más fácil despedir a la gente, y la compensación de despido que ya era baja lo será aún más, entre muchas otras cosas.

Una semana estándar de empleo a horario completo son unas 39-40 horas, y los empresarios con mucho gusto lo sobrepasan si pueden.
Me pasó con un contrato de horario parcial de 22 horas la semana – aquí el lector seguramente pensará que la solución lógica para eso sería o horario de mañana, de tarde, tal vez cada fin de semana, o algo similarmente previsible. Aquí no. Ejemplo típico: algunos días mañana, otros la tarde, absolutamente nada de regularidad, y aún menos la influencia del trabajador sobre cuando éste tiene que presentarse.
Muchas veces también resulta ilusorio pedir que te den el plan de trabajo de más de una semana en adelante, y el trabajador a veces también tiene que estar dispuesto a que le cambien el plan de trabajo sin que ni siquiera le informen, y después tolerar que insulten a su inteligencia con aserciones de que no sepa leer un plan de horarios. Con conversaciones con otros empleados anteriores en varias empresas españolas me han confirmado que esto de ningún modo son casos aislados. Tal vez en algunos lugares te dan el plan de trabajo con más antelación que en otros, pero eso no quiere decir necesariamente que tengas influencia sobre éste o que te respeten y te traten como una persona adulta y independiente.
Esto tal vez es parte de la razón por la cual los jóvenes españoles se quedan en casa durante los años de estudio universitario; a la práctica resulta casi imposible tener un trabajo de estudiante que se aproxime al salario mínimo necesario para poder pagar la vida y que al mismo tiempo reúna las condiciones y horarios adecuados para poder combinarlo con la asistencia a un mínimo de lecciones.

Desde mi ingenuidad pensaba que un horario fijo de una semana para la otra sería una ventaja para todos, y por eso me sorprendí mucho al ver situaciones como la que acabo de contar.
Lo que yo creo es que toda esta arbitrariedad no se debe a planificación o a una falta de la misma. Yo creo que la arbitrariedad ayuda a mantener el trabajador en una situación dónde éste es completamente dependiente de la voluntad de otros y, por lo tanto, vulnerable. Eso da al empresario un poder psicológico sobre los empleados, y poco a poco se les puede presionar a horarios y tareas más y más absurdos, si no por otra cosa, por miedo de perder el trabajo encontrado con tanta dificultad.

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Ahora me gustaría especular un poco sobre porqué hayan estas diferencias que yo veo como más o menos esenciales. España tuvo una dictadura fascista durante 40 años, y por lo tanto los sindicatos no eran la cosa más popular durante ese período. Los sindicatos españoles tampoco están fuertes en estos tiempos, pero continuamente trabajan para mejorar las condiciones, y como se ha visto ultimamente pueden llamar a cientos de miles de personas a la calle.

Y aquí vuelven mis clases del liceo, porque cómo era con el sindicalismo fuerte danés? No se decía que es gracias a ellos que hemos logrado llevar el mercado laboral danés hasta el punto donde está hoy? Hay respeto para el empleado, todos tienen un contrato, hay un salario mínimo generalmente respetado y limites fijos sobre la duración de la semana laboral.
Me han llegado rumores sobre varios casos en Dinamarca donde se ha empleado la gente con contratos miserables, y también he visto como no me pagaban los suplementos para trabajar los domingos y similar, pero a pesar de todo parecen ser excepciones, y hay una interés general, también a nivel político, en mejorarlo.
Si no fuera por los sindicatos daneses, y las luchas que han hecho durante la historia, fácilmente me imagino que estaríamos tal cómo están en España ahora.

Los números de afiliados de los sindicatos daneses está bajando, y según se dice, han acabado con su papel en la sociedad danesa. Y tal vez se puede argumentar en favor de eso, viendo las condiciones en las que nos encontramos hoy en día.

El salario mínimo negociado por los sindicatos vale para todos, sean afiliados o no, así que porque gastar X kr./€ al año por beneficios que te tocan igualmente sin pagar? Me he encontrado en esa misma situación, y entiendo el modo de pensar. A primera vista parece un poco sin sentido.
La respuesta es: porque, cuantos más miembros tenga un sindicato, más peso tiene en las negociaciones con empresarios y sus varias organizaciones. Porque, si los sindicatos daneses pierden su importancia, qué protección tendremos nosotr@s, gente normal, cuando el mercado se degenere (y utilizo esta palabra con intención) hacia las condiciones españolas?

Las ventajas no son sólo tan concretas como un salario mas elevado. Estamos protegidos contra explotación por parte de los empresarios, y una cosa muy importante: el diseño del mercado laboral apoya la posibilidad de trabajar mientras estudiamos, y por lo tanto nos da la posibilidad de independizarnos mucho antes que en otros países. En España es impensable independizarte de tus padres antes de acabar tu carrera, en Dinamarca nos ”echan” de casa sobre los veinte años. Sí, el SU también tiene una gran importancia, pero la posibilidad de trabajar junto con el estudio es esencial, y, creo yo, un hecho tan dado por descontado que se ha vuelto invisible.

La relación próxima entre los sindicatos y los Socialdemócratas históricamente probablemente también tiene un papel importante, y esta relación ha ayudado a desarrollar todo el estado danés hasta dónde está hoy en día. Se puede decir lo que se quiera sobre el estado danés, pero (aún) no tenemos barrios de casas de cartón en las periferias de Copenhague, y hay un sistema de protección social para todos los que se les permite entrar en la comunidad. Los españoles se toman menos en serio el tema de a quién dejan entrar (al menos hasta que Europa empezó a cerrar las fronteras tan herméticamente como hacen ahora), pero en cambio hay mucha menos ayuda una vez van mal las cosas.

Así que: afiliaros a los sindicatos. El precio que cuesta por día, mes o año es mucho menor al que costaría si nunca hubieran existido, o al que costaría si pierden por completo su influencia.

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