Antes que todo, perdonadme por tardar tanto en actualizar el blog. Mi pc personal ha decidido dejar el mundo de ordenadores funcionantes, y no he podido acceder a algo tan simple como blogspot.com. (En efecto, esto se publica desde un ordenador que apenas se le ve la pantalla.. espero volver pronto con mejores condiciones de trabajo!)
De todas formas, esta vez trataré un tema que superficialmente puede parecer más puntual, pero aún así pienso que tiene una influencia más alargada y por eso también una cierta importancia.
Empecemos con algunos escenarios que he visto e vivido durante mi año en Barcelona y viajando por España.
Bien, entonces, porqué os explico estas cuatro situaciones?
En los cuatro casos fueron hombres los que se acercan a mujeres que están en espacios públicos sin hacer señales de querer ningún contacto aparte de simplemente estar presentes.
Aparte de esa descripción muy general, veo dos temas importantes:
1) las reacciones propias de las mujeres y 2) el comportamiento de los hombres.
Empezaré por el punto 2, que me parece el más simple.
Mirad que yo no en ningún modo tengo nada en contra de conocer nueva gente por la calle – los que me conocéis, sabéis que no tengo miedo de hablar con desconocidos, y que a menudo hablo con quién sea donde sea. Pero hay un momento para todo. Si se empieza a hablar con un desconocido, en general se determina si la persona da señales de querer contacto antes de hablarle, y también, si ya se ha iniciado contacto, se evalúa durante la conversación si la persona todavía quiere hablar, o si ha pasado el momento. En mis experiencias descritas nada de esto fue el caso. Mi opinión sobre la conversación no contaba. Si yo estoy mirando mis fotos o leyendo mi libro, qué exactamente indica que yo quiera que alguien me hable?
No lo llamaría acoso, aparte de la situación con los italianos, que claramente lo era, pero por lo inocente que aparezca, me sentí incomoda al no poder estar sentada tranquilamente en la playa, a tal punto que tuve que dejar el lugar.
Si junto las cuatro situaciones, aunque parezca que las tres primeras están a un nivel diferente de la última, es porque, aunque a la superficie son diferentes, en profundidad percibo una falta de respecto para las mujeres en el espacio publico. Falta de respeto a su derecho a no ser contactadas cuando no les interesa, y a su derecho a estar como quieran sin que nadie les comente la apariencia o presencia. Estar mirando fotos no es una invitación a comentar las habilidades como fotógrafa, igual que estar top-less en la playa no es una invitación a comentar la apariencia física.
Es así de simple.
Ahora hablaré del tema 1, que es la situación que veo más complicada - el explicar porqué las reacciones fueron tal como fueron, y también qué se puede hacer para cambiarlo en el futuro.
En todos los casos las reacciones eran no confrontacionales. O nos íbamos, o los ignoramos, o respondíamos en modo evasivo.
En caso de los italianos, un bel ”vaffanculo” no habría sido del todo exagerado. (Anzi, como diría un mio amigo italiano.) Los hombres que al superficie solo pretendían conversación tal vez no merecían una respuesta tan agresiva, pero aún así el decirles directamente que se macharan y que no quería hablar no habría sido completamente fuera de lugar.
Y porque no lo hicimos?
El modo en la cual mujeres y hombres se comportan en el espacio publico (y en el privado también) depende de que nos han enseñado desde pequeños. No digo necesariamente enseñado explícitamente, si no que hemos sido condicionados a ciertas reacciones y actos a lo largo del crecimiento.
El sociologo y antropólogo francés Pierre Bourdieu explica esto - no en un modo nada claro y simple, así que haré referencia a alguien que explica sus teorías, como todos estudiosos de sus teorías saben que se debe hacer - con términos como habitus y violencia simbólica.
Basicamente, la sociedad en la cual vivimos tiene ciertas normas y preferencias que desde pequeños adquieren los niños, tramite pequeñas acciones, copiando los adultos, aprendiendo de las reacciones de otros cuando hacemos alguna cosa, y al fin seremos individuos integrados en la sociedad, comportandonos tal como se requiere según las normas. (Siempre con variaciones, obviamente, hablo muy en general.)
El contexto en ese caso son las relaciones de género, ya que como mujeres somos socializadas a reaccionar con cortesía cuando nos hablan, mientras, según parece, algunos hombres son socializados a que pueden hablar con quien quieren cuando quieren. (Sísí, tal vez exagero, y obviamente también existen hombres que no esperan siempre cumplimiento de sus deseos de conversación con quien sea.) Como mujeres, el señalar con miradas y alejándonos, simplemente es una reacción que es ha vuelto instintiva, y si es la manera para enseñar en la mayoría de contextos que algo no está bien, lo será en éste también. Este también podría llamarse violencia simbólica, pero me alejo del tema. Mejor leer Bourdieu, que lo explica en (mucho) más detalle que yo.
Una iniciativa que trata tanto de acoso en la calle como de cómo se debe reaccionar es el hollaback, que propone que las personas acosadas en publico respondan, por ejemplo tomando una foto del acosador, o simplemente diciéndole directamente que su comportamiento es inaceptable. Esto para marcar que todos tenemos derecho a estar en espacio publico, aunque hagamos una cosa tan simbólica como hacer una foto cuando el sujeto ya está lejos.
Es mi impresión que los resultados son mixtas, ya que también hay que procurar por su propia integridad física (no todos acosadores son tan gentiles que se excusan y se van si les confrontas).
A un cierto punto tenía la intención de decírselo directamente si alguien hacía algo que yo consideraba como machista. Tengo una idea de que mucha gente no hace las cosas por mala intención, si no por simplemente no considerar cómo se pueden interpretar sus actos o los efectos que tienen. Y si se lo dice, que la próxima vez al menos lo pensará dos veces.
Todavía no he tenido ocasión (y coraje) de cumplir con esta buena intención, tal vez por falta mía más que nada.
Pero consideremos por un momento, si hubiera tenido el coraje para decirles a los varios sujetos que lo que hacían está mal y porqué, hubiera hecho diferencia alguna?
Los italianos los considero un caso perdido. Ni más ni menos. (He consultado italianos no involucrados, concuerden.) Aunque por mi descripción no lo parezca, la situación fue algo amenazante, y no dije nada en parte porque temía sus reacciones. Y si tienes la falta de vergüenza para comentar los senos de mujeres desconocidas, pues, yo ni me meto. Me largo y espero nunca encontrarte de nuevo.
Los hombres que querían saber de mi situación sentimental - bueno. Era obvio que no me interesaba la conversación - y perdona, pero preguntar por el estado civil de mujeres por la calle sin nada más? Que pretendes? Esto no es normal de donde vengo yo.
Explica Thomas del blog yesmeansyes (highly recommended!) que hay estudios que muestran que mientras en casi todos los contextos se suavizan los no’s, y igual se entienden perfectamente, hay una excepción cuando no se quiere entender la respuesta, y de repente se pierde toda capacidad cognitiva. Aquel blog, entre otras cosas, trata del tema de violaciones, que claramente es mucho más grave que algunos comentarios puntuales por la calle, pero aún así me parece que recorren algunos de los mismos temas. En este caso con lenguaje corporal y respuestas muy evasivas se indicaba que no se quería conversación, pero a los sujetos no les gustaba la respuesta, y decidieron no entenderla.
Un comentario del tipo “me dejas solo, por favor” posiblemente habría tenido el efecto deseado en el momento, pero a largo plazo tengo mis dudas, visto que en primer lugar ni debería ser necesario.
El único caso que en el mínimo mi convence es el vasco que tardó varios minutos en llegar hasta hablarme. Obviamente era tímido, y si lo tienes que pensar varios minutos antes de tomar el coraje para hablar a alguien que no quiere hablar contigo, a lo mejor, si se te dice que no lo hagas, para la próxima no lo harás.
Un comentario breve sobre los estereotipes de italianos, españoles, y otros mediterráneos. Seguramente una reacción inmediata de muchos será “pero si son italianos, qué otra cosa se podría esperar”, y incluso uno de los objetos de estudio menciona “cómo son los españoles” - pero no creo que en realidad los estereotipes tengan nada que ver. Conozco muchos italianos que no comentan los senos de mujeres en publico y que son personas simpáticas, igual conozco españoles que no se tiran a hablar con la primera mujer que ven. En Dinamarca también hay idiotas, igual que en otros lugares.
No quiero que se descarta mi punto general con un “ya sabemos todos que...”, sin importancia cuál sea la cosa que todos sabemos. Evidentemente no sabemos todos que hay que respectar los señales no verbales de otros, y no sabemos todos como marcar verbalmente que queremos estar solos cuando nos hablan extraños. Y si no se sabe ni siquiera esto, como vamos a poder estar de acuerdo todos de cualquier otra cosa por default?
También me temo que el destacar grupos por un comportamiento percibido como negativo podría devolverse un modo para excusar y hacer invisible a todos los que no pertenecen al grupo, pero que participan en el tal comportamiento igual y que también tienen sus responsabilidades.
Finalmente, para llegar a algun tipo de conclusión - no me convence en particular el concepto de decir uno por uno a la gente que dejen en paz a desconocidos, ya que es un comportamiento que viene enseñado en la sociedad. Para cambiar esto, habría que cambiar la forma de interacción, y esto se hace con muchos pasos pequeños. Tendríamos que hacerlo todos y siempre para que tuviera un efecto duradero. Alguien me acompaña?
De todas formas, esta vez trataré un tema que superficialmente puede parecer más puntual, pero aún así pienso que tiene una influencia más alargada y por eso también una cierta importancia.
Empecemos con algunos escenarios que he visto e vivido durante mi año en Barcelona y viajando por España.
Take 1, Barcelona, septiembre 2011:
Estoy en la playa de la Barceloneta, bajo al sol con el vestuario habitual para una playa pública leyendo un libro. Al rato, pasa una persona, parece que está vendiendo algo. Le indico que, no gracias, y al cabo de nada empieza a comentar mi apariencia, preguntando si tengo novio, cuales son mis planes de esa noche, etc., insistiendo a pesar de que obviamente sus preguntas no me interesan y que me ponen incómoda. Le respondo en un modo rechazante, pero solo al ponerme mi ropa habitual parece entenderlo y se marcha.Take 2, Donostia, junio 2012:
Después de un largo día de turismo por Donostia, me siento en un banco cerca de la playa, y me pongo a mirar mis fotos del viaje. Al cabo de unos minutos viene un señor - tipo de la edad de mi abuelo - y empieza a preguntar por mis fotos, si soy buena fotógrafa, etc. Murmuro algo, sonrío sin convicción, y miro mi camera sin hacerle más caso. Se sienta en el banco y se acerca, siempre preguntando de donde soy, donde vivo. Le informo que vivo en Barcelona, y me dice, "ah, entonces ya sabes como son los españoles". (Me golpea la ironía del comentario, pero no estoy segura de que él mismo lo haya percibido.) Normalmente, en Dinamarca, si empiezas a escribir un mensaje de texto, te dejan en paz y se van, así que cojo mi móvil esperando esa reacción. Me pregunta que a quien escribo, le informo que mi madre. "Entonces no es a tu novio.. así mejor no?" No contesto. "Tienes novio?" Llegado a este punto cojo mis cosas, digo algo del estilo "me tengo que ir" y me voy. Cuando ya llevo 50 metros, me giro y veo que el tío va detrás de mi, y me saluda al irse para otro lado.Take 3, Donostia, junio 2012:
Viene justo después de la escena anterior. Vuelvo a la playa, y me siento en otro banco, mirando el mar y filosofando sobre el mundo y la vida. Al cabo de poco viene un tipo, que me ve, se acerca dos pasos, se queda mirando, se acerca dos pasos más, mira, se acerca, etc. hasta llenarse de coraje para hablarme. Le respondo con actitud negativa, pero aún así le parece conveniente preguntarme sobre mis estudios, donde vivo, de donde soy, cuantos años tengo. Al final dejo de responderle, y se va sin decir nada. Poco después le veo hablando con un grupo de amigos a unos 30 metros de mi. Cuando le veo caminar hacia mi otra vez, me levanto y me voy.Take 4, Barcelona, julio 2012:
Otra vez estoy en la playa de la Barceloneta, leyendo mi libro. Cerca de mi están dos mujeres tomando el sol en top-less. Nadie les hace caso (visto que es decisión de ellas y no molestan a nadie). En cierto momento llegan unos 5-6 hombres, que se quedan en un circulo alrededor de ellas, mirando sin vergüenza alguna (ya imagináis el que), y uno de ellos indica con la mano, diciendo "piccolo". Por el contexto me parece evidente que están comentando el tamaño de los senos de las mujeres – me lo confirma un experto en italianos y sus comportamientos. Ellas hacen como si los hombres no estuvieran, y esos continúan caminando cuando después de un rato todavía no obtienen una reacción. Mientras, yo me quedo mirándolo todo bocabierta, pensando si debería decirles algo, o si no haría diferencia alguna.Bien, entonces, porqué os explico estas cuatro situaciones?
En los cuatro casos fueron hombres los que se acercan a mujeres que están en espacios públicos sin hacer señales de querer ningún contacto aparte de simplemente estar presentes.
Aparte de esa descripción muy general, veo dos temas importantes:
1) las reacciones propias de las mujeres y 2) el comportamiento de los hombres.
Empezaré por el punto 2, que me parece el más simple.
Hombres que hablan a mujeres
Hay varios grados, pero en todos los casos, los hombres empezaron un contacto que en ningún modo fue invitado por la persona a la que hablaban.Mirad que yo no en ningún modo tengo nada en contra de conocer nueva gente por la calle – los que me conocéis, sabéis que no tengo miedo de hablar con desconocidos, y que a menudo hablo con quién sea donde sea. Pero hay un momento para todo. Si se empieza a hablar con un desconocido, en general se determina si la persona da señales de querer contacto antes de hablarle, y también, si ya se ha iniciado contacto, se evalúa durante la conversación si la persona todavía quiere hablar, o si ha pasado el momento. En mis experiencias descritas nada de esto fue el caso. Mi opinión sobre la conversación no contaba. Si yo estoy mirando mis fotos o leyendo mi libro, qué exactamente indica que yo quiera que alguien me hable?
No lo llamaría acoso, aparte de la situación con los italianos, que claramente lo era, pero por lo inocente que aparezca, me sentí incomoda al no poder estar sentada tranquilamente en la playa, a tal punto que tuve que dejar el lugar.
Si junto las cuatro situaciones, aunque parezca que las tres primeras están a un nivel diferente de la última, es porque, aunque a la superficie son diferentes, en profundidad percibo una falta de respecto para las mujeres en el espacio publico. Falta de respeto a su derecho a no ser contactadas cuando no les interesa, y a su derecho a estar como quieran sin que nadie les comente la apariencia o presencia. Estar mirando fotos no es una invitación a comentar las habilidades como fotógrafa, igual que estar top-less en la playa no es una invitación a comentar la apariencia física.
Es así de simple.
Y porque no decimos nada?
Ahora hablaré del tema 1, que es la situación que veo más complicada - el explicar porqué las reacciones fueron tal como fueron, y también qué se puede hacer para cambiarlo en el futuro.
En todos los casos las reacciones eran no confrontacionales. O nos íbamos, o los ignoramos, o respondíamos en modo evasivo.
En caso de los italianos, un bel ”vaffanculo” no habría sido del todo exagerado. (Anzi, como diría un mio amigo italiano.) Los hombres que al superficie solo pretendían conversación tal vez no merecían una respuesta tan agresiva, pero aún así el decirles directamente que se macharan y que no quería hablar no habría sido completamente fuera de lugar.
Y porque no lo hicimos?
El modo en la cual mujeres y hombres se comportan en el espacio publico (y en el privado también) depende de que nos han enseñado desde pequeños. No digo necesariamente enseñado explícitamente, si no que hemos sido condicionados a ciertas reacciones y actos a lo largo del crecimiento.
El sociologo y antropólogo francés Pierre Bourdieu explica esto - no en un modo nada claro y simple, así que haré referencia a alguien que explica sus teorías, como todos estudiosos de sus teorías saben que se debe hacer - con términos como habitus y violencia simbólica.
Basicamente, la sociedad en la cual vivimos tiene ciertas normas y preferencias que desde pequeños adquieren los niños, tramite pequeñas acciones, copiando los adultos, aprendiendo de las reacciones de otros cuando hacemos alguna cosa, y al fin seremos individuos integrados en la sociedad, comportandonos tal como se requiere según las normas. (Siempre con variaciones, obviamente, hablo muy en general.)
El contexto en ese caso son las relaciones de género, ya que como mujeres somos socializadas a reaccionar con cortesía cuando nos hablan, mientras, según parece, algunos hombres son socializados a que pueden hablar con quien quieren cuando quieren. (Sísí, tal vez exagero, y obviamente también existen hombres que no esperan siempre cumplimiento de sus deseos de conversación con quien sea.) Como mujeres, el señalar con miradas y alejándonos, simplemente es una reacción que es ha vuelto instintiva, y si es la manera para enseñar en la mayoría de contextos que algo no está bien, lo será en éste también. Este también podría llamarse violencia simbólica, pero me alejo del tema. Mejor leer Bourdieu, que lo explica en (mucho) más detalle que yo.
Qué se puede hacer?
Una iniciativa que trata tanto de acoso en la calle como de cómo se debe reaccionar es el hollaback, que propone que las personas acosadas en publico respondan, por ejemplo tomando una foto del acosador, o simplemente diciéndole directamente que su comportamiento es inaceptable. Esto para marcar que todos tenemos derecho a estar en espacio publico, aunque hagamos una cosa tan simbólica como hacer una foto cuando el sujeto ya está lejos.
Es mi impresión que los resultados son mixtas, ya que también hay que procurar por su propia integridad física (no todos acosadores son tan gentiles que se excusan y se van si les confrontas).
A un cierto punto tenía la intención de decírselo directamente si alguien hacía algo que yo consideraba como machista. Tengo una idea de que mucha gente no hace las cosas por mala intención, si no por simplemente no considerar cómo se pueden interpretar sus actos o los efectos que tienen. Y si se lo dice, que la próxima vez al menos lo pensará dos veces.
Todavía no he tenido ocasión (y coraje) de cumplir con esta buena intención, tal vez por falta mía más que nada.
Pero consideremos por un momento, si hubiera tenido el coraje para decirles a los varios sujetos que lo que hacían está mal y porqué, hubiera hecho diferencia alguna?
Los italianos los considero un caso perdido. Ni más ni menos. (He consultado italianos no involucrados, concuerden.) Aunque por mi descripción no lo parezca, la situación fue algo amenazante, y no dije nada en parte porque temía sus reacciones. Y si tienes la falta de vergüenza para comentar los senos de mujeres desconocidas, pues, yo ni me meto. Me largo y espero nunca encontrarte de nuevo.
Los hombres que querían saber de mi situación sentimental - bueno. Era obvio que no me interesaba la conversación - y perdona, pero preguntar por el estado civil de mujeres por la calle sin nada más? Que pretendes? Esto no es normal de donde vengo yo.
Explica Thomas del blog yesmeansyes (highly recommended!) que hay estudios que muestran que mientras en casi todos los contextos se suavizan los no’s, y igual se entienden perfectamente, hay una excepción cuando no se quiere entender la respuesta, y de repente se pierde toda capacidad cognitiva. Aquel blog, entre otras cosas, trata del tema de violaciones, que claramente es mucho más grave que algunos comentarios puntuales por la calle, pero aún así me parece que recorren algunos de los mismos temas. En este caso con lenguaje corporal y respuestas muy evasivas se indicaba que no se quería conversación, pero a los sujetos no les gustaba la respuesta, y decidieron no entenderla.
Un comentario del tipo “me dejas solo, por favor” posiblemente habría tenido el efecto deseado en el momento, pero a largo plazo tengo mis dudas, visto que en primer lugar ni debería ser necesario.
El único caso que en el mínimo mi convence es el vasco que tardó varios minutos en llegar hasta hablarme. Obviamente era tímido, y si lo tienes que pensar varios minutos antes de tomar el coraje para hablar a alguien que no quiere hablar contigo, a lo mejor, si se te dice que no lo hagas, para la próxima no lo harás.
En lo que quedamos
Un comentario breve sobre los estereotipes de italianos, españoles, y otros mediterráneos. Seguramente una reacción inmediata de muchos será “pero si son italianos, qué otra cosa se podría esperar”, y incluso uno de los objetos de estudio menciona “cómo son los españoles” - pero no creo que en realidad los estereotipes tengan nada que ver. Conozco muchos italianos que no comentan los senos de mujeres en publico y que son personas simpáticas, igual conozco españoles que no se tiran a hablar con la primera mujer que ven. En Dinamarca también hay idiotas, igual que en otros lugares.
No quiero que se descarta mi punto general con un “ya sabemos todos que...”, sin importancia cuál sea la cosa que todos sabemos. Evidentemente no sabemos todos que hay que respectar los señales no verbales de otros, y no sabemos todos como marcar verbalmente que queremos estar solos cuando nos hablan extraños. Y si no se sabe ni siquiera esto, como vamos a poder estar de acuerdo todos de cualquier otra cosa por default?
También me temo que el destacar grupos por un comportamiento percibido como negativo podría devolverse un modo para excusar y hacer invisible a todos los que no pertenecen al grupo, pero que participan en el tal comportamiento igual y que también tienen sus responsabilidades.
Finalmente, para llegar a algun tipo de conclusión - no me convence en particular el concepto de decir uno por uno a la gente que dejen en paz a desconocidos, ya que es un comportamiento que viene enseñado en la sociedad. Para cambiar esto, habría que cambiar la forma de interacción, y esto se hace con muchos pasos pequeños. Tendríamos que hacerlo todos y siempre para que tuviera un efecto duradero. Alguien me acompaña?
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